Me cuesta creer que hoy en día existan chicos jovenes que le hagan caso a los mensajes de un obispo como el de Córdoba.
Hubo un tiempo que hasta la Naturaleza era sobrenatural. El viejo Tales veía a su alrededor, por donde quiera que miraba, dioses. Uno de los más imperiosos era el vino. En la apasionada cosmogonía donde lo material y lo espiritual no andaban disociados, sino como unos hermanos siameses cuyo nombre era todo, los dioses representanban la quintaescencia de cada actitud, de cada deseo, de cada porción de ese todo. Dyonisos, alias Baco, no fue dios del vino: fue la persofinicación del vino mismo, como eros fue del amor y como Demetrio obispo de Córdoba de la castidad, el vino fue un dios divino. ¿No será, que el delegado de la secta católica para nuestra tierra es más amante del fruto de la vid que del amor?. Una vez oí decir a un viejo del lugar, que la vida era tan efímera, que no había que perder el tiempo en hacerse pajas, que mucho más satisfactorio era el follar y eliminába la mala leche. ¿Le suena esto Sr. obispo?.
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